RELATO GANADOR
TÍTULO: Instantes de Navidad
AUTORA: Elena Guichot Bordons

“Creo sentir cómo un copo de nieve se posa sobre mi mejilla, la única rendija expuesta entre
bufandas y abrigos. Sé, sin embargo, que se trata de un espejismo de nostalgia, pues hace
años que el centro de Granada no se viste de blanco. Alzo la vista hacia Sierra Nevada, cuya
cumbre, aún blanquecina, parece aferrarse con dignidad a un invierno que ya casi no le
pertenece, como si intentase preservar la sombra de un pasado que se deshace. Suspiro y
retomo mi ruta entre la multitud que se apresura, como yo, en esta víspera de Navidad. Las
luces comerciales parpadean con insistencia, prometiendo descuentos y urgencias que me
abruman. Me abro paso con impaciencia hasta que mi mirada cae sobre una niña que
observa a su padre pelar una castaña asada. Sus ojos brillan como si todo su mundo
dependiera de ello, mientras la castañera, a su lado, sonríe con ternura. Solo entonces
percibo el olor de las castañas, que se cuela entre las voces, motores y villancicos
desgastados. Me permito contemplar la escena unos segundos y pienso que, quizá, la
verdadera Navidad se esconda en momentos como este.”
2º PREMIO
TÍTULO: Deseo equivocado
AUTORA: María Navarro Menor

Queridos Reyes Magos:
Este año me he portado bien, esta navidad no quiero juguetes, quería deciros que
ha ocurrido un error en el regalo de “hacerse mayor” que pedí.
No me entendisteis; quería ser mayor para acostarme tarde viendo la televisión
mientras comía chuches, ganar dinero para completar mi álbum de cartas y que
papá no me dijera cuándo debía ducharme. Pero, sobre todo, para ser valiente
como mamá y ver si había algún monstruo antes de dormir.
Pero ahora, el azúcar no me deja descansar, madrugo para trabajar y el dinero que
gano lo necesito para las facturas; cada día pienso en volver con mis padres a casa,
y sin dudarlo haría todo lo que me mandaran. Lo único que se ha cumplido es que
ya no tengo miedo a los monstruos, porque me he dado cuenta de que el miedo
está en las sillas vacías en las reuniones familiares y cómo las arrugas se apoderan
de mis seres queridos.
Queridos Reyes, por favor, llevaos este regalo; aunque sea como una última
Navidad, completad las sillas que faltan, llenadme los zapatos de caramelos y
devolvedme la inocencia de cuando pedí este mal capricho.
3º PREMIO
TÍTULO: Un presepe movimentato (Un belén animado)
AUTORA: Martina Gori

C’era una volta il comune di Minuscoletto, un borgo di trenta abitanti senza tradizioni.
Per rianimare il paese, il sindaco e il parroco decisero di allestire un presepe vivente
aperto giorno e notte. Per evitare guai con il Fisco misero i personaggi sotto contratto.
L’idea ebbe un successo inatteso: attirò sonnambuli dai paesi vicini e diventò talmente
virale che il Papa annunciò che vi avrebbe celebrato la messa di Natale. Ma la notte
della Vigilia alla signora Immacolata, che interpretava Maria, si ruppero le acque, e
andò all’ospedale. Il prete cercò un sostituto, ma nessuno voleva quel ruolo senza
contratto! Per salvare il presepe, il parroco cancellò la messa e si travestì da Maria.
L’indomani, i cittadini si raccolsero sconsolati attorto alla natività, quando si udirono
delle campane: sua Santità era venuto per lodare il prete. Trovandolo in ginocchio,
con il vestito e parrucca, il Pontefice suggerì al parroco di svolgere comunque la
funzione. Così, per la prima volta una messa venne celebrata da una “donna” dentro
un presepe. L’evento diventò Patrimonio Unesco, e Minuscoletto si animò di una
nuova comunità. Fu così che nacqui io, Gesù, il sindaco della città, una notte di
Dicembre di settanta anni fa.
Érase una vez el municipio de Pequeñito, un pueblo de treinta habitantes sin
tradiciones. Para reanimar el pueblo, el alcalde y el párroco decidieron montar un
belén viviente abierto día y noche. Para evitar problemas con Hacienda, contrataron
a los personajes. La idea tuvo un éxito inesperado: atrajo a sonámbulos de los
pueblos vecinos y se hizo tan viral que el Papa anunció que celebraría allí la misa de
Navidad. Pero la noche de Nochebuena, a la señora Immacolata, que interpretaba a
María, le rompió la bolsa y tuvo que ir al hospital. El cura buscó una sustituta, ¡pero
nadie quería ese papel sin contrato! Para salvar el belén, el párroco canceló la misa
y se disfrazó de María. Al día siguiente, los ciudadanos se reunieron desconsolados
alrededor del belén, cuando se oyeron campanas: Su Santidad había venido a alabar
al sacerdote. Al encontrarlo de rodillas, con el vestido y la peluca, el Pontífice sugirió
al párroco que celebrara la misa de todos modos. Así, por primera vez, una misa fue
celebrada por una «mujer» dentro de un belén. El evento se convirtió en Patrimonio
de la Humanidad y Pequeñito cobró vida con una nueva comunidad. Así fue como
nací yo, Jesús, el alcalde de la ciudad, una noche de diciembre hace setenta años.