Escrito por: Sofía Barreto, Luz Cerda, Kimberly Cobian, Melissa Hernandez, Troy Kowalski (clase de Producción de textos escritos, profesora Cristina Lostado)


Este 24 de abril de 2025 tuvimos el honor de recibir a Lucía-Asué Mbomío Rubio en el Centro de Lenguas Modernas, donde ofreció una charla profundamente reveladora sobre su libro “Hija del camino”. En este encuentro, la escritora compartió sus experiencias y reflexiones sobre los temas centrales de su libro, como el racismo y el colorismo, cuestiones problemáticas que afectan la vida de muchas personas en diversas partes del mundo. A través de su relato, Mbomio no sólo narra la historia de una joven enfrentándose a la complejidad de su identidad, sino que también invita a la reflexión sobre cómo estos prejuicios siguen presentes en la sociedad actual, y en particular en la sociedad española. Con una voz sincera y provocadora, la autora brindó a su audiencia una perspectiva honesta sobre los desafíos de ser racializada en un contexto donde la discriminación sigue marcando las relaciones humanas. Esta visita no sólo fue una oportunidad para conocer más a fondo su obra, sino también para cuestionar y dialogar sobre la continua lucha contra las desigualdades raciales.
En nuestra clase decidimos, en vez de hacer análisis más académicos de su discurso, explorar cómo nos vimos reflejados en sus testimonios. Hicimos una serie de reflexiones que a continuación presentamos.
Kim, nacionalidades estadounidense y mexicana
Siendo hija de padres mexicanos pero habiendo nacido y crecido en los Estados Unidos, puedo identificarme con Lucía. Hay muchas veces donde he sentido como si, no soy de aquí pero tampoco soy de allá. En los Estados Unidos digo que soy mexicana cuando la gente me pregunta porque así me ven pero cuando voy a México me preguntan que si soy del “otro lado.”
En los Estados Unidos durante una clase un muchacho me dijo que “olía a tortilla”, una pieza de comida muy típica e identitaria en México. Cuando vi los resultados de mi examen de ADN, resulta que soy indígena y española.
Lucía, durante su plática, dijo cuando le pregunté, “si pudieras darle un consejo a la versión más joven tuya, qué le dirías?” Lucia respondió, que no trates de forzarte a encajar una sola identidad. Como los manglares una planta que flota. Así me siento yo también. Como un manglar. Estoy orgullosa de mis rutas y el consejo que dio Lucía me ha hecho sentir más segura en mí misma. No le tengo que demostrar a ninguna persona que soy de aquí o de allá.

Troy, estadounidense-chileno
La identidad es una idea muy interesante de cómo relaciona con cada persona/ para cual cada persona tiene su perspectiva. Desde que yo era niño, siempre me he sentido culturalmente chileno. La cultura chilena estaba en cada esquina de la casa. Había pinturas chilenas en la pared, había manjares chilenos en la cocina, y tenía a mi mamá hablando español con dichos chilenos. Sin embargo, yo iba a una escuela en la que dominaba la cultura estadounidense. Vivía en un barrio con mayoría de estadounidenses. Estas condiciones afectaron a mi identidad chilena. Con la factura más impactante, el idioma. Sí entiendo todos los dichos chilenos y lo uso mucho. Pero tengo acento estadounidense. Cuando conozco a gente nueva en Chile, siempre me preguntan por qué hablo raro o de dónde soy. Esto me ha afectado a mis sentimientos chilenos. Hoy con la identidad me siento más estadounidense pero en los Estados Unidos hay un “Melting Pot” de culturas entonces me relaciono mucho con ser chileno y ser latino. En la foto de abajo aparece mi mamá y yo votando por primera vez en las elecciones estadounidenses. Yo finalmente había cumplido los 18, la edad legal para votar, y mi mamá acababa de obtener su ciudadanía estadounidense. En los Estados Unidos, yo me siento en casa, pero siempre voy a tener la cultura chilena en la sangre.

Sofia, estadounidense con raíces colombianas
La forma en la que el racismo se manifiesta es diferente en cada rincón del mundo, muchas de las emociones que evoca son las mismas. Lucía Mbomío llegó al CLM para un discurso sobre su libro Hija del Camino y nos habló sobre los aspectos de racismo en España, pero más que un discurso literario era un exploración de la soledad que sufres al experimentar racismo. Yo le pregunté si había temas difíciles para discutir o inexplicables para compartir con sus familiares blancos. Ella me dio una respuesta que me tocó el corazón. Vengo de una familia multirracial y hay experiencias que nunca puedo explicar a mi madre ni a mi padre. Cuando ella nos contó sobre la relación que tiene con su mamá yo me vi reflejada en ella. Aunque yo no he experimentado expectativas de desbancar las ideologías racistas del público por ser tan inteligente y buena, como ella nos contó, sentí una conexión con su historia cuando habló sobre su mamá. Mi mamá es blanca también y hay ciertas partes de mi experiencia que ella nunca va a entender o con las que no se va a identificar. La soledad del racismo es profunda, especialmente cuando ni siquiera tienes un familiar que pueda entender o compartir tus sentimientos. Lucía Mbomío con su libro, y con todas las obras que ha producido durante su carrera, está ilustrando la historia compartida de todos a los que les toca padecer el racismo. Ella en sus obras manda un mensaje a todas las generaciones: ya es tiempo de oír las voces de los desgraciados de la sociedad.

Melissa, nacionalidades estadounidense y mexicana

Me identifiqué mucho con Lucía cuando hablaba sobre el racismo y específicamente en su libro “Hija del Camino.” Siendo hija de padres mexicanos, el español fue mi primera lengua y eso me afectó cuando estaba en la escuela. Tenía que aprender hablar inglés y tenía que tomar clases “ para el desarrollo del idioma inglés”. Cuando me sacaban de clase, me daba vergüenza ser mexicana porque los niños me hacían burla por no hablar el inglés bien. Escuchaba mucho “ regresa a tu país” o me decían “ ¿cómo no sabes hablar inglés si eres de aquí?” cuando era pequeña no entendía por qué era malo hablar inglés y español.
Como Sandra, el personaje en el libro, yo no sabía a dónde pertenecía, porque en los Estados Unidos no hablaba inglés bien y en México, como tenía que hablar más inglés que español, empecé a perder el español y me decían lo mismo. Ahora, conociendo más sobre el racismo y mi identidad, estoy orgullosa de ser mexicana y poder hablar dos idiomas.
Luz, nacionalidades estadounidense y mexicana
Lucía habló sobre su experiencia a lo largo de su vida y cómo tuvo que cambiar su forma de ser para que la gente la aceptara. Al preguntarle sobre algún comentario que recordaba haber escuchado de niña, ella recordó una plática que tuvo con su madre antes de empezar el colegio. El impacto de esta conversación fue duradero, ya que desde muy pequeña ella supo que aunque la gente no la conociera, tendría una impresión de ella tan solo por sus orígenes y su color de piel. Esto es algo muy común entre las personas de piel oscura, ya sean de ascendencia africana, como la autora, o incluso de aquellos en otras partes del mundo, como Latinoamérica, con ascendientes indígenas. La autora habla sobre la necesidad de tener que esforzarse el doble para demostrar su valor ante la gente que supone que por ser negra no debe tener la misma inteligencia o capacidad que alguna otra persona. En los Estados Unidos he experimentado cosas similares, especialmente en ámbitos en los cuales la gran mayoría de las personas son estadounidenses sin ninguna ascendencia latina. En mi universidad, predomina en el alumnado blanco. Siendo estudiante de Ciencias Políticas, he conocido a muchos compañeros que tienen padres o familiares que son abogados, así que muchas veces siento que ellos ya llevan muchos pasos por delante respecto a mí por tener esa experiencia cercana. Yo, al contrario, soy estudiante de primera generación, hija de madre soltera, quien no tiene estudios y que tiene un empleo humilde. En mi carrera la mayoría de los graduados son hombres blancos, mientras que las personas como yo, latinas, componen sólo un 5% de los abogados en los Estados Unidos. A pesar de sentirme inferior, e incluso perdida sin alguien que me guíe en este nuevo mundo, esta diferencia me ha motivado a trabajar el doble y demostrar que tengo la misma capacidad que alguien con mejores recursos. A veces uno siente que es injusto saber que a algunas personas se les da todo en la mano y que nunca se tienen que esforzar por dar una buena impresión o quedar bien. Sin embargo, esto ayuda al crecimiento personal y crea un sentido de ambición e incluso orgullo y confianza al saber que todo lo que se va logrando en la vida ha sido por sus propios méritos y está más que merecido.
Estas son algunas de las frases claves que aparecieron durante el discurso de la autora:
“España se cuenta como blanca cuando no lo ha sido”, España ha decidido borrar una parte de su historia.
“El peso de la nostalgia heredada” (cuando sientes nostalgia por el país de tus padres aunque nunca hayas ido).
“La nostalgia que duele, y el dolor es físico”.
“Te quieren con el alma pero son racistas hacia ti” (cuando parte de tu familia es blanca y de la ultraderecha).
“Tu tienes que demostrar más porque te van a mirar más”.
“Reconocer el pasado para sanar el presente”.