María Estévez Funes (profesora de Lengua y Cultura Españolas, CLM)
Todos somos conscientes de que las circunstancias que rodean a la enseñanza, a nivel mundial, han cambiado y parece ser que estos cambios han llegado para quedarse. No es necesario enumerarlos, ya que cualquier docente los conoce y los ha experimentado en primera persona. Nuestra vida (personal y profesional) se ha vuelto del revés y hemos tenido que trabajar a toda máquina para intentar sacar nuestro trabajo adelante.
Este es, sin duda, uno de los mayores retos al que nos enfrentaremos durante nuestra vida como profesores y saldremos victoriosos con la ayuda y el trabajo de todos. Nos encontraremos, seguramente, con escollos en esta inusual aventura, pero los superaremos. Sé tú mismo y da la mejor versión de ti: el alumno lo notará y lo apreciará y esa será una de las bases del éxito.
Por todo esto, no nos queda otra que concienciarnos, adaptarnos y sacarle el máximo provecho. Uno de los pasos primordiales básicos para empezar a trabajar es cuestionarse qué metodología, herramientas, estrategias (motivadoras o facilitadoras), … serán más adecuadas y más efectivas para qué tipo de contenido o para nuestro contexto de trabajo. Esto facilitará nuestra labor, sin duda. Nuestro objetivo principal será el de crear un espacio de aprendizaje reflexivo junto con una participación lo más significativa y activa en nuestras clases en línea.
Desde el principio, sin embargo, hay desterrar el mito de que: «Enseñar en línea no es tan divertido como enseñar en persona», o que “enseñar/aprender online no es tan efectivo”. Hay que hacerles ver a nuestros alumnos (o, incluso, a nuestros compañeros) que la enseñanza en línea ciertamente puede ser gratificante y satisfactoria. Deberíamos, por tanto, abrazar esas diferencias, y centrarnos en las ventajas que nos ofrecen las clases en línea, las oportunidades tecnológicas que ofrece un aula sin paredes, y ver cómo podemos encontrar un trabajo más satisfactorio en una modalidad online.
Para empezar, el trabajo ha de estar muy bien estructurado y pautado. Cuanto más claro esté todo, más fácil y fluido será el desarrollo de nuestro curso. Debemos intentar, al mismo tiempo, incorporar estrategias y elementos nuevos de forma progresiva, para que el alumno no se vea abrumado. Recuerda que, a veces, “menos es más”. Nuestro objetivo debería ser el intentar garantizar la mejor experiencia de aprendizaje con aquellas herramientas y contenidos que están a nuestro alcance. La experiencia progresiva que vayamos adquiriendo nos proveerá de más estrategias, seguridad y aspectos de mejora para futuros cursos.
Desarrollamos, a continuación, algunas cuestiones esenciales a tener en cuenta:
- Sobre la personalización y el trato/contacto con los alumnos
Ahora, más que nunca, es primordial nuestro trato con los alumnos y cómo nos dirijamos a ellos. Muchos de estos alumnos que estudian online pueden estar ocupados en otras cuestiones de su vida personal como el trabajo o la familia y, a veces, se pueden encontrar solos durante su aprendizaje. Cuando trabajan en un entorno digital, al contrario de lo que pasa en una clase presencial, no pueden – por ejemplo – pedir ni recibir aclaraciones cuando se encuentran por primera vez las instrucciones de una tarea cualquiera. Es por ello que, en una clase en línea, debemos esforzarnos en explicar lo que se está buscando con la mayor claridad posible para que el estudiante sea consciente de los objetivos deseados.
Igualmente, cuando enseñas presencialmente, se tiende a hacer mucho modelaje (a veces, de forma inconsciente). Ese tipo de modelado, junto con el andamiaje que les vamos proveyendo, no ocurre tan naturalmente en las clases en línea, donde las interacciones en tiempo real son más limitadas. Para ayudar a nuestros alumnos a tener éxito, debemos ser creativos en este aspecto.
En un aula física, por ejemplo, podemos captar señales no verbales. ¿Están aburridos los alumnos? ¿Mirando el móvil? ¿Confundidos? Puedes prestar atención a sus caras y ajustar lo que estés haciendo al estado de ánimo del grupo (todos sabemos que no es lo mismo una clase un lunes a primera hora que un viernes a última). Con las clases online – claramente – no pasa así, por eso, tenemos que estar muy pendientes de sus respuestas y reacciones (intentar captar los mensajes subliminales y, lo que es más importante, hacerles ver que estamos siempre ahí).
A veces, la distancia inherente entre profesor y alumno en una clase online se contagia a la comunicación escrita. En este caso, lo mejor es practicar la inmediatez y la accesibilidad.
- Por un lado, es casi imprescindible ser ágiles en nuestras respuestas, cualquier retroalimentación al alumno no debería demorarse más allá de las 24h – 48h.
- Por otro lado, si al final de un conjunto de instrucciones de una tarea, quieres añadir que estás ahí para ellos, podrías escribir algo como: “Si tienes alguna pregunta sobre lo que tienes que hacer en esta tarea, recuerda que estoy aquí para ayudarte. Recuerda que puedes escribirme en cualquier momento para pedir ayuda con lo que necesites». Este tipo de comunicación es más amigable, más atenta y más tranquilizadora que escribir solamente: “¿Preguntas? Escribidlas en el foro de dudas y preguntas».
Por ello, cuando nos comuniquemos con los alumnos, debemos intentar infundir calidez en la escritura. Transmitirles nuestro apoyo. Si creas un “Aviso semanal”, por ejemplo, intenta no decir algo como: «Algunos de vosotros no habéis completado las últimas tareas. Recordad que no podréis pasar esta clase si todas las tareas no están completas». En cambio, sería mejor escribirles algo como: “Gracias por vuestro trabajo durante esta semana en esta clase. Sé que es mucho trabajo y que a algunos os quedan algunas cosas por hacer. Solo un recordatorio: asegúraos de hacer todas las pruebas, tareas y cuestionarios para que podáis conseguir la mejor nota en esta clase. Por favor, contactad conmigo si necesitáis ayuda o si puedo responder a cualquier pregunta o duda. ¡Gracias!». Quizás sea más largo, pero también es más cercano y ese estímulo positivo por parte del profesor le dará más confianza y motivación al alumno para continuar.
Hagámosles sentir como en casa/clase (al igual que hacemos durante las presenciales). Es imprescindible crear un buen ambiente de trabajo. Cuando damos clase en persona, hacemos usos de una gran variedad de recursos y estrategias para ayudar a los alumnos a sentirse bienvenidos y cómodos en el aula: las actividades de primer día de clase para conocerse, el saludarlos nada más llegar a clase con una gran sonrisa, preguntarle al que estuvo enfermo si se encuentra mejor, contacto visual permanente, responder a sus preguntas sobre cualquier tema, preguntarles qué tal lo pasaron la noche anterior o cómo les va en sus familias de acogida…En general, les mostramos nuestro apoyo de innumerables maneras. Hacemos mucho para mejorar la atmósfera en el aula y hacerla más agradable y, por lo tanto, más propicia para el aprendizaje. Podemos aplicar, pues, este mismo principio para nuestras clases en línea. Lo más probable es que haciendo ese esfuerzo deliberado para hacer la clase más acogedora y agradable resulte en clases más interesantes y con alumnos más volcados en ella, así que ¡adelante!
La autonomía de los alumnos
Deberíamos, desde el principio, intentar dar al alumno algún tipo de “control” sobre su aprendizaje: decisión sobre tareas, temas, dinámicas, … De esta forma se sentirá más protagonista de su propio aprendizaje. Para promover la autonomía del alumno, es importante fomentar el más que conocido (y ya mencionado) andamiaje. Por ejemplo, en la primera semana de la clase, se podría empezar con una tarea de bajo riesgo, algo que no les suponga una exposición personal grande. Podrían grabar un video de uno o dos minutos para presentarse a la clase en lugar de hacerlo de forma síncrona (que podría resultarles más estresante). En los primeros días, hay que buscar maneras de desglosar las tareas más complejas en otras más simples, para que los estudiantes progresen de manera escalonada y puedan – al mismo tiempo – recibir comentarios sobre su trabajo mientras vamos ajustando el enfoque o el ritmo del curso si es necesario.
Igualmente, cuando se muestra a los alumnos de forma clara lo que se está esperando de ellos a partir de una actividad, es probable que tengan más confianza en su capacidad para realizar esta tarea satisfactoriamente, lo que a su vez aumenta su motivación para seguir participando de manera significativa. Creer que puedes realizar una tarea es uno de los aspectos clave para, posteriormente, tener éxito en la misma.
Si lo consideramos necesario, también se puede crear un documento de referencia por unidad, al que puedan acudir cada vez que necesiten ayuda. Algo así como un documento de 1-2 páginas (una infografía, quizás) que destaque la información clave que deben saber/controlar para esa sección (como una “chuleta” de aprendizaje).
Para mantener la curiosidad y que no “se pierdan” en la plataforma
A veces es difícil, no ya crear esa curiosidad e interés por el curso, sino mantenerla y tenerlos expectantes a lo largo del curso.
Algunos consejos que podrían servirnos para esta situación podrían ser:
- Publicar un anuncio/vídeo semanal para proporcionar una visión global del tema de la próxima semana o un resumen del trabajo de la semana anterior, o ambas cosas. El visionado de los conceptos claves de la unidad estará, además, siempre disponible y podrán consultarlo en cualquier dispositivo móvil que esté a su alcance.
- Publicar un video rápido para aclarar conceptos erróneos sobre un tema o tarea de la clase (algo así como “los típicos errores cuando usas…”).
- Cuando tú estás regularmente implicado, presente y participas en la clase de forma activa, es más probable que tus alumnos también lo estén.
- Recuerda hacerte las siguientes preguntas para cada tarea:
- ¿Son tus instrucciones claras sobre, por ejemplo, la duración de las publicaciones de los foros de discusión?
- ¿Saben los alumnos cómo deben actuar e interactuar en las mismas?
- ¿Has recordado la rúbrica para ese tipo de actividad?
- ¿Has proporcionado ejemplos?
Todas estas recomendaciones te pueden facilitar la labor y mejorar el interés y el trabajo de tu alumnado.
- Sobre las sesiones síncronas
Uno de los puntos fuertes de estos cursos serán las sesiones síncronas. Es importante recordar que estas sesiones no deberían ser una mera réplica de lo que haría un profesor en su aula. Las clases síncronas deben contar, siempre, con un beneficio extra si decidimos asistir a ellas (al igual que pasa con las clases presenciales). De este modo, a los estudiantes no les gustará faltar a clase porque sabrán que pueden perderse algo importante, necesario, divertido… Debemos fomentar, por tanto, el hecho de que el alumno quiera estar ahí, que no quiera perderse esa parte del curso. Para ello, debemos intentar que el contenido sea lo más interactivo posible, atraiga el interés y fomente la discusión y el debate de la clase en vivo. Podemos, por ejemplo, empezar la sesión de VIDEOCONFERENCIA con una pregunta “clave” sobre algo que les preocupe de la clase anterior.
En las sesiones síncronas, podemos usar (sin abusar) el “compartir pantalla o pizarra”, que nos ofrecen algunas herramientas, para convertir el diálogo básico de clase en una experiencia audiovisual interactiva. Ya sea para simplemente seguir el flujo de la conversación o para invitar a los alumnos a trabajar/compartir con el profesor (y entre ellos) una lluvia de ideas, proyectos, anotaciones, etc. Al convertir la clase en un espacio de trabajo activo, podemos orientar la discusión hacia diferentes terrenos y ofrecer opciones para su posterior reflexión y planificación. Por ejemplo, podrías usar la pizarra o el uso compartido de pantalla para que los alumnos lean un pasaje corto de un texto, descubran y analicen las características clave de ese texto y hagan un resumen con sus observaciones (CL y EE combinadas de forma simple y efectiva).
Asegúrate de que durante tu sesión síncrona ofrezcas contenido nuevo: conocimientos o actividades novedosos, nuevas dinámicas, … y evita duplicar lo que se cubre en otras partes del curso, por ejemplo, lecturas, videos, foros de discusión…
Los temidos tiempos muertos
Es posible que el profesor se deje llevar por sus ganas de compartir conocimientos o anécdotas con la clase y que, de esta forma, se convierta en protagonista de la misma. Al mismo tiempo, si los alumnos tienen que realizar actividades de reflexión o trabajo no interactivo se crean tiempo muertos incómodos. ¿Cómo podemos, pues, hacer las clases más activas y evitar los tiempos muertos? ¿Cómo podemos disminuir la “sobreexposición” del profesor? Algunas estrategias pueden ser:
- Al principio de/durante la clase:
Hazles una pregunta y dales a los alumnos un momento para escribir. De esta forma, cuando les pidamos la opinión o su respuesta, tendrán siempre algo que aportar. Una alternativa podría ser plantear una pregunta relevante y/o estimulante para ellos y darles unos minutos para escribir sus pensamientos / respuestas. Para que no se cree un clima tenso, dales tiempo para prepararse y así ya puedes pedirles respuestas individuales sin destacar a nadie, ni que se sientan el centro de atención (de forma negativa) porque no han tenido tiempo para completar su tarea.
- Preguntas:
Haz preguntas que requieran que los estudiantes se decidan entre una alternativa u otra. ¿Café o té? ¿Playa o montaña? ¿Boli o lápiz? Puedes pedir a los alumnos que escriban su opinión en el chat, y luego puedes pedirles a algunos de esos estudiantes que expliquen o defiendan sus posiciones. Aunque, al principio, la interacción sea corta o básica, poco a poco se irán agregando complejidad y matices a este tipo de tareas y percibiremos diferencias con respecto a las respuestas del principio de curso.
- El alumno como profesor:
Pide a los alumnos que preparen una mini-clase (que tu puedes supervisar antes) y que será de duración corta. De esta manera, de nuevo, se sentirán aun más en control de su propio aprendizaje.
El uso de la cámara
En este aspecto tan complejo, lo importante es no obligar nunca a que el alumno se muestre en pantalla. Sin embargo, y al mismo tiempo, cuando los estudiantes tienen activa la cámara y, simultáneamente, están pudiendo ver tu cara, se crea una sinergia, sensación de vínculo entre el grupo y de “estar ahí” que puede ayudar a superar la desconexión que las reuniones virtuales generan tan fácilmente. Hazles ver la importancia de este aspecto. Asimismo, promueve la responsabilidad entre el alumnado. Es decir, no solo tengo que conectarme, sino que tengo que interactuar mientras estoy en la clase. En este caso, facilita la labor si ofrecemos contenido novedoso y atractivo en cada clase.
Al igual que en un aula física, algunos debates (o actividades) ayudan a romper las barreras sociales y psicológicas, al tiempo que crean la expectativa de una interacción real. Puedes considerar, por ejemplo, precargar/tener ya preparada una diapositiva que presente un evento o tema actual, una imagen o una pregunta de reflexión para iniciar la conversación en los minutos antes de que comience la clase porque aún no hayan llegado todos.
Sobre esto mismo y (de nuevo) para evitar los tiempos muertos:
- Plantea una pregunta o problema en el chat para que los alumnos lo consideren, con instrucciones claras sobre qué tipo de respuesta esperas y recoge sus diferentes impresiones posteriormente.
- Dirige a los alumnos a una lectura, discusión, tarea, etc. dentro de tu plataforma (si la usas) y pídeles que lo revisen por su cuenta mientras preparas la próxima actividad.
La preparación y/o envío de preguntas preestablecidas por el profesor relacionadas con algún aspecto del curso les permite prepararse mejor y aumentar la participación de los estudiantes, ya que garantizamos que se aborden temas que interesen a los alumnos y sobre los que tengan algún tiempo de comentario.
En general, hablamos de estrategias para aumentar el compromiso mental, la participación y la responsabilidad de los alumnos. Además de esto, el proporcionarles el trabajo por adelantado, les ayuda a actuar de una forma más reflexiva y a estar mejor preparados. Y es que, a fin de cuentas, enseñar con tecnología es “básicamente” como enseñar en clase, pero con ciertas modificaciones debidas al nuevo contexto.
Dividir a los alumnos en grupos más pequeños de trabajo:
Si creas grupos más pequeños de trabajo, recuerda darles tiempo a los alumnos en esos mini-grupos para permitirles replicar el tipo de conversación que se podría producir en un aula en persona. También, puede ser una buena manera de iniciar proyectos grupales, organizar debates o trabajar hacia objetivos más grandes para toda la clase, a medida que se vaya progresando. Insísteles, claro, en que tienen que usar el español durante esa parte de la clase y recuérdales que, en cualquier momento, puedes escuchar o ver lo que se discute en el grupo.
Algunas ideas más:
- Preparación previa: piensa y prepara previamente las preguntas de discusión para los grupos y lleva esas preguntas a la clase.
- Agrupación creativa: usa herramientas como “Team Builder” (disponible en Moodle), hazles preguntas a los estudiantes, hazles una mini-encuesta, … y agrúpalos por resultados. También, claro, puedes agruparlos por proyectos, tareas compartidas, sintonía o intereses mutuos.
- El trabajo en grupo: puedes darles a los alumnos tareas más pequeñas, enfocadas a una tarea u objetivo (futuro) más grande donde participe toda la clase.
- Comentarios y evaluación entre pares: las salas son un excelente lugar para la corrección de tareas entre pares o para hacer comentarios sobre las presentaciones. Podemos darles rúbricas para ellos, de modo que no sea solo un comentario personal.
- Envío de archivos: durante la sesión síncrona, podemos mandar diferentes archivos a diferentes alumnos y pedirles que realicen actividades complementarias que darán lugar a una actividad final común.
- Pictionary: con la herramienta “anotar”, que nos ofrecen algunas plataformas, podemos – entre otros – jugar al Pictionary con ellos.
- Sobre la tipología de las actividades en una clase online
Si proporcionamos el andamiaje adecuado para los alumnos y ofrecemos ejemplos, a la vez que creamos actividades creativas y motivadoras, estaremos promoviendo que se produzca un aprendizaje significativo.
Si necesitas crear documentación para la clase, divide los fragmentos de texto más largos en subtítulos y deja espacio entre los párrafos. Esto facilita su lectura. Puedes, igualmente, insertar imágenes relevantes/motivadoras o incluir enlaces a videos (en una imagen en miniatura) que se hayan creado para el curso, … No debemos olvidarnos de que el texto debe ser tanto atractivo como apropiado al contenido que estemos impartiendo en ese momento.
Algunas sugerencias para crear clases online más atractivas
- Mantener los módulos de aprendizaje cortos.
- Usar, pero no en exceso, los vídeos.
- Mantenerlo todo lo más simple y claro posible.
- Crear elementos y actividades lo más interactivas posibles.
- Ser variado: involucrar a los alumnos mediante el uso de una combinación de métodos de entrega de contenido: vídeo, texto, audio, presentaciones…
Algunas sugerencias para aumentar y garantizar niveles más altos de participación de los estudiantes en los cursos en línea:
- Distribuir la información en múltiples formatos (textos, presentaciones, vídeos, canciones, …).
- Proporcionar oportunidades de aprendizaje activo.
- Hacer que el aprendizaje sea social: construir el aprendizaje entre todo el grupo.
- Gamificar con “insignias”, son muy motivadoras para quien las recibe.
- Proporcionar comentarios rápidos, adecuados a la situación y a los que el alumno le saque utilidad.
- Agregar oportunidades/estrategias de autoevaluación, tan importantes en la educación a distancia.
Uso de presentaciones (cortas y de temas de actualidad) por parte del alumno:
- La importancia de integrar actividades de colaboración grupal
Una de las ventajas más significativas de los entornos de aprendizaje síncrono es que se puede aprovechar la capacidad de usar actividades de colaboración grupal de una forma más dinámica que en las clases asíncronas. Estas actividades de colaboración grupal permiten a los alumnos beneficiarse de la experiencia de sus compañeros, incluso para los que son más tímidos o están más rezagados, y convertirse en un participante activo en su propio proceso de aprendizaje. Para ello, es importante crear escenarios en los que el grupo debe trabajar junto y animarlos a participar en este tipo de actividades que serán sin duda muy productivas.
- ¿Qué podemos hacer para mejorar las presentaciones del alumno durante la clase? (Algunas propuestas)
Antes de la sesión síncrona, asigna un día a cada alumno para que haga su presentación. Pídele a este alumno que grabe una presentación corta o una serie de clips (o que lo haga en vivo, si prefiere). A partir de aquí nos encontramos con diferentes variantes:
- Sube las grabaciones (de uno o varios alumnos) a tu plataforma y pide a los alumnos como tarea que inserten sus preguntas en el sitio elegido de esta plataforma como deberes. Cuando sea el día de la sesión síncrona, se invitará al “presentador del día” a que resuelva las preguntas de los compañeros.
- Otra opción puede ser que el alumno solo haga la presentación durante la clase síncrona, que los compañeros vayan escribiendo sus preguntas/dudas en el chat y que uno de los miembros del grupo (asignado con anterioridad) se encargue de anotar esas preguntas para que luego el compañero las responda, después de hacer su presentación.
Estas presentaciones no deberían ocupar mucho tiempo de la clase y, como mucho, podrían tomar un cuarto de la misma (con la participación grupal posterior).
- Sobre las evaluaciones
El sistema de evaluación (y la evaluación en sí) suele ser el gran caballo de batalla. A este respecto, también debemos ser conscientes de que si las circunstancias y la enseñanza han cambiado también deberá cambiar la forma en la que evaluamos a nuestros alumnos. Revisa, convenientemente, los tipos de evaluaciones y revisa tanto las “grandes” como las “pequeñas” (finales, intermedias, sumativas, formativas, …). Generalmente, las rúbricas suelen ayudar para este fin: cada una de las actividades/contenidos deberá tener su rúbrica de corrección. Recuerda basarte en ellas y recuérdales a los alumnos su “existencia”.
Hazte de nuevo preguntas:
- ¿Han tenido los alumnos la oportunidad de desarrollar, paso a paso – al igual que lo harían en un aula en persona – el conocimiento y las habilidades que necesitarán para esas evaluaciones?
- ¿Se les ha ofrecido todo el feedback necesario?
- ¿Se adapta el sistema de evaluación al tipo de contenido?
- ¿Ofrecemos formas de evaluación variadas?
- Algunas otras propuestas para las clases online.
- Juegos de rol: se pueden usar las salas de reuniones o debates de toda la clase para que los alumnos participen en juegos de rol y simulaciones (por ejemplo, entrevistas de práctica o simular un entorno de los que se van a trabajar en clase) y luego las compartan con el grupo en general.
- Debates de “pecera”: los denominados “Debates de pecera” (traducción del nombre en inglés “Fishbowl discussion”) pueden ser una muy buena forma de mantener un debate sin interrupciones y donde todos participen a la vez. Las sesiones síncronas también se pueden usar para esto y es una forma muy útil para que los alumnos no solo intercambien sus ideas, sino que también consideren y evalúen la calidad de su conversación general (de nuevo, se les puede ofrecer una rúbrica). Selecciona, por ejemplo, un determinado mini-grupo de estudiantes para que discuta/debata sobre un tema y asigna a los otros estudiantes la tarea de que busquen y reflexionen sobre ciertos temas clave dentro de la discusión. Una buena forma de participar, tal vez, puede ser usar la función de chat para publicar aquello que quieras aportar sin interrumpir el flujo de la conversación.
- Análisis de texto / datos: como los estudiantes pueden usar la función de compartir pantalla o la pizarra, pueden presentar datos sobre algún tema propuesto.
- Presentación de estudiantes: con esta misma función de compartir pantalla, los alumnos pueden dar una presentación a la clase (comentada con más detalle más arriba). Se puede compartir (casi) cualquier aplicación o documento abierto en el escritorio del alumno, lo que facilita que los alumnos compartan su trabajo con otros alumnos como base para el debate.
- Redes sociales: se puede discutir la solución de un problema a través del chat en vivo y de los foros en línea, pero también podemos pedirles que publiquen sus opiniones sobre un tema en particular en alguna red social y que creen un cuestionario/test básico sobre el mismo que ya ofrecen redes como Instagram o Twitter. Esto convertirá la actividad en algo más real y motivador para el alumno.
- Vídeo: les podemos, simplemente, mostrar un vídeo y pedirles que escriban un mini-texto basado en lo que han visto, una reflexión personal, que ellos mismo elaboren un vídeo similar, …
- (Breves) Conclusiones
En resumen, se trata de crear un contexto y un ambiente donde creemos la necesidad del alumno de compartir experiencias, de colaborar en tareas, de tener el control de su propio aprendizaje, de que sea capaz de autoevaluarse y evaluar a sus pares y, en definitiva, crear un ambiente centrado en la cohesión del grupo y en reforzar lazos educativos y personales durante el curso. Con esto, nada más y nada menos, habremos dado pasos de gigante hacia el éxito durante nuestras clases online.
Felicidades a todos los maestros y maestras que han tenido que reinventarse en esta época de confinamiento, es cierto que ya algunos usaban algunas aplicaciones online, pero la mayoría no y ha sido un desafío bastante grande, cuando hay verdadero compromiso como sucede en la mayoría de los casos, entonces se lograrán los objetivos académicos.